La comunicación humana tiene dos facetas: hablar (producción)  y escuchar (comprensión). Se suele pensar que lo importante es saber hablar, ya que tenemos la falsa creencia de que el hablar es el lado activo de la comunicación humana, mientras que al escuchar es la otra cara de la moneda (la parte pasiva).  Solemos dar por hecho que si alguien habla  fuerte y claro  será bien escuchado, sin tener en cuenta a nuestro interlocutor y su subjetividad sobre lo que oye. A partir de esta interpretación, el escuchar generalmente se da por sentado y rara vez se le examina como un asunto problemático. Y  lo paradójico es que lo es. Escuchar conlleva procesos de atención selectivos que muchas veces no llevamos a cabo, ya sea por falta de motivación o por agotamiento debido a  la sobre estimulación a la que nos vemos sometidos cada día (trabajo, correos, whatsApp, tv, radio móvil, carteles publicitarios, coches, ruidos, pensamientos…)

Somos seres sociales y comunicamos incluso a través de nuestros silencios. El escuchar es unas de las actividades más importantes de nuestro día a día (así y todo no lo hacemos muy bien y parece que el asunto va a peor). Comenzamos a aceptar que escuchamos mal. Reconocemos que, a menudo, nos es  difícil escuchar lo que otros dicen y que tenemos dificultades en hacernos escuchar en la forma que desearíamos. Este fenómeno ocurre en todos los dominios de nuestras vidas. Por ejemplo, el tema del escuchar se ha convertido en una inquietud importante en nuestras relaciones personales. Es frecuente escuchar la queja: «Mi pareja no me escucha». Sin lugar a dudas, la comunicación inefectiva es una de las principales causas de divorcio. Cuando las personas hablan de «incompatibilidad» con su pareja, es el escuchar, nuevamente, el que está en el centro de sus inquietudes. En el campo de los negocios, el escuchar efectivo ha llegado a adquirir la máxima prioridad. Peter Drucker, en uno de sus libros escribió: «demasiados (ejecutivos) piensan que son maravillosos con las personas porque hablan bien. No se dan cuenta de que ser maravillosos con las personas significa ‘escuchar’ bien».

 

Para saber más…Concepto de escucha