Desde una aproximación funcional, el consumo de drogas se explica a partir de los mismos parámetros que cualquier otra conducta. El consumo de drogas es un hábito sobre-aprendido que puede ser analizado y modificado como los demás hábitos comportamentales. Se entiende como resultado de alguna combinación o producto interactivo posible de ciertos factores control que incluyen un organismo con unas características biológicas y un repertorio comportamental concretos (en el sentido de haber dispuesto o no de modelos reforzadores de consumo, reglas acerca de los efectos de la sustancia, contacto directo con las drogas, etc.); un estado motivacional determinado (por ejemplo, condiciones de privación social, ansiedad, etc.); unas condiciones contextuales generales y específicas determinadas (por ejemplo, ambiente escolar o familiar, presencia de sustancias en el entorno cotidiano, etc.); y las consecuencias fisiológicas y/o sociales derivadas de la auto-administración de la sustancia. Las drogas, además, cumplen un papel funcional como reforzadores positivos o negativos de aquellos comportamientos que han llevado a su consecución y de las situaciones estimulares asociadas a estos (López Ríos y Gil Roales-Nieto, 1996). Así, para entender la etiología del consumo de drogas deberá de buscarse una explicación bio-psico-social, ya que dicha conducta se encuentra determinada por factores sociales, psicológicos y biológicos (Becoña Iglesias, 2007).
Para más información…TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DE LAS DROGODEPENDENCIAS 2ª Edición actualizadaf
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